ENRIQUE GONZÁLEZ TUÑON
Nació en Buenos Aires el 10 de marzo de 1901, en el barrio de
Once. Periodista, poeta, cuentista y novelista. Autodidacta de ávida lectura.
Como periodista comenzó su carrera en 1922 en el semanario "El Noticiero". Al año siguiente colaboró en
la revista literaria "Inicial". El
mismo año alcanzó notoriedad al ser parte de la plantilla de "Caras y Caretas".
Por ese entonces surge la puja literaria entre Boedo y
Florida. En el primer grupo militaban escritores que concebían la literatura
como una protesta social contra las desigualdades imperantes, así Elías
Castelnuovo, Leónidas Barletta, Álvaro Yunque, César Tiempo, Roberto Mariani, y
otros. Hijos de inmigrantes, cultos que reclamaban dignidad social, teniendo
como herramienta la escritura. Sus literatos se agruparon alrededor de la
editorial y revista Claridad de Antonio Zamora de Boedo 837. Era la militancia
cultural de estilo realista.
Álvaro Yunque: “Boedo era la calle, Florida la torre de marfil” (“Boedo y Florida”)
Boedo, “Hijos de obrero o de la clase media baja, buscaban en
el arte una herramienta de transformación social y se oponían radicalmente al
esteticismo…”. (Yunque, A. “La literatura social en la Argentina pág. 326.”)
El apelativo de “Boedo”, según César Tiempo, surgió, a
pesar de que ninguno de los escritores habitaba en esa zona de la ciudad,
debido a una travesura de Enrique González Tuñón: "Fue evidentemente burlona". Al subrayar la procedencia
de los integrantes del grupo quiso decir que venían de extramuros, de la
suburra, de los arrabales del idioma, que pertenecían a lo ínfimo de la plebe.
Lo notable del caso es que el único morador "auténtico de Boedo era
González Tuñón, que vivía con sus padres y su hermano Raúl en la calle
Yapeyú, a tres cuadras de la
popular arteria de cuyos cafés era uno de los más empedernidos habitué".
Enrique González Tuñón en 1924 adhiere al Grupo Florida. Sus
integrantes se hallaban nucleados alrededor de la Revista Martín Fierro,
dirigida por Evar Méndez y codirigida por Oliverio Girondo, ubicada en la
esquina de Tucumán y Florida. También solían reunirse en “La Richmond” de
Florida y Corrientes. Otros componentes eran Jorge Luis Borges, Conrado Nalé Roxlo, Ricardo Güiraldes, etc. Eran el
“arte por el arte mismo”.
Sin embargo la obra de González Tuñón resulta difícil de
clasificar ya que, a pesar de participar en el Grupo Florida, su anarquismo
romántico y el sesgo proletarizante de sus escritos parecen orientar más su
producción en el sentido de la espiritualidad de Boedo.
Su primer libro, "Tangos" (1926), surge a partir de su
convencimiento de que este género musical es la “representación genuina del
alma popular y la expresión musical del pueblo argentino”
El tango, como
expresión ciudadana, desembarca en el diario Crítica en una sección especial de los
sábados a cargo de Enrique González Tuñón, siendo la primer nota del 4 de junio
de 1925.
En 1927 Manuel
Gleizer le publica su segundo libro, "El
alma de las cosas inanimadas" y al año siguiente, "La rueda del molino mal pintada". Ambos libros de cuentos.
En 1930 publica "Apología del hombre santo", extenso poema
en prosa sobre la vida y muerte de
Ricardo Güiraldes.
En 1931, ya escribe
en el diario Noticias Gráficas y en el suplemento literario del diario La Nación. En 1932
publica las novelas "La cruz del círculo" y "El tirano", donde hay una crítica al dictador golpista José F. Uriburu.
En el mismo año tratando de demostrar el impacto que la recesión del ‘30 tiene
sobre las clases populares, publica "Camas
desde un peso".
En un incesante
producir, publica durante la “Década Infame” "Las sombras y la lombriz solitaria" y "El cielo está lejos".
Sus trabajos en el
diario El Mundo son recopilados en 1941 en el libro, "La calle de los sueños perdidos”, que es el último.
En tren de componer,
produce tres obras de teatro: "El reloj" (1938), "La borrasca y La mujer y El leopardo".
Fue guionista de
cine con "Mañana me suicido" (1942) y "Pasión
imposible· (1943). Escribió, junto a Nicolás Olivari la letra del tango, "Tengo apuro".
A Raúl González Tuñón, a través de sus obras la
realidad lo muestra como un representante activo de los desposeídos y como tal,
el enlace obligado entre las dos culturas, la llamada “culta”de Florida a la
que decía pertenecer y la “proletaria”de
Boedo, que sin reconocerlo, pertenecía.
La tuberculosis se
lo llevó un 9 de mayo de 1943, en Cosquín, donde había ido a buscar aire del
bueno para su enfermedad.
Bibliografía
Raymundo Wilmart,
Volumen IV, “Los Malditos” coordinador N.Galasso
Revista
La Maga junio 3 de 1992.
César Tiempo: "Pequeña cronistoria de la Generación
Literaria de Boedo", publicado en Argentina de Hoy, a. II, nº 18,
Buenos Aires, miércoles 1 de octubre de 1952, p. 8.
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