JUNTA DE ESTUDIOS HISTORICOS DEL BARRIO DE BOEDO: HOMENAJE A LA PROF. ISABEL MERELLANO

En la tarde del viernes 6 de julio la Junta de Estudios Históricos del barrio de Boedo y las Damas de la Orden del Abanico con la colaboración de las autoridades de la Comuna 5 "Almagro - Boedo" inauguraron en el hall de acceso a la Comuna en la calle Carlos Calvo 3307 la exposición de obras de la artista plástica y Dama Emérita de la Orden del Abanico Sra. Isabel Merellano.

Con la presencia de amigos, miembros de las entidades convocantes la presidente de la Junta Sra. Silvia N. Martínez

pronunció unas palabras dando luego paso a una de las alumnas y amigas de la Sra. Merellano, también artista plástica Sra. Ana Fernícola quien se refirió a la homenajeada con las siguientes palabras:

Buenas noches, en primer lugar quiero celebrar la feliz idea de la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo de homenajear a la artista y docente Isabel Merellano, y a Isabel por permitirme hablar en nombre de sus discípulos; entonces como buena discípula tomo y acepto el desafío. Conocí a Isabel a mis 17 años cuando me preparó para ingresar a la Escuela de Bellas Artes. No sospechábamos entonces que iniciaríamos un vínculo estrecho, duradero y afectuoso. De Isabel, docente en “La Pueyrredón”, recuerdo la capacidad analítica de una mirada que abarcaba la totalidad sin resignar la meticulosidad del detalle. El árbol no le tapaba el bosque, pero como José Gobello le obsequió una vez: “no olvida que el árbol también es el bosque”. En la intimidad de su taller, era la que te esperaba con música, una taza de té caliente, el ejercicio que había elegido para vos, y las noticias del diario ya leídas. Entusiasta conversadora disfruta del intercambio de ideas y experiencias, aunque eso le valga hacer noche charlando. Basta poder acercarte lo suficiente para descubrir que se agita en ella más de una pasión: la pintura, su primer amor, pero también la medicina que se conjuga con una compasiva necesidad de cuidar del otro. En esto tampoco se contentó con ser una aficionada, se formó como enfermera e instrumentadora quirúrgica. Y aunque su natural reserva tal vez le impida comentarlo, llegó a instrumentar una cirugía del mismísimo Dr. Finochietto. Pero hay otro aspecto de Isabel que quiero señalar esta noche: su sostenida búsqueda espiritual y su temple, cualidades que salieron a relucir toda vez que la vida la puso a prueba, y que tiene la imperiosa necesidad de poner al servicio de quien las necesite.

En lo personal Isabel llevó a cabo conmigo una de las tareas que más la apasiona: ir conduciendo con gran respeto por el otro, el despuntar de la imagen personal. Ese trabajo de hormiga que no muchos artistas están dispuestos a hacer, implica confiar en el proceso e ir dando herramientas a medida que el discípulo las requiera. Sin madrugarlo, sin retaceos ni esperar nada a cambio. Una empresa difícil que requiere la vigilancia del equilibrio secreto de un acuerdo entre dos personas que no son pares ni pueden serlo. Fue para mí una experiencia enriquecedora que intento reproducir con los estudiantes, no siempre con éxito.

Pero no quiero demorar más el cierre de estas palabras y hago mías las palabras del poeta Homero Manzi, cuando escribió: “No habrá ninguna igual, no habrá ninguna”.

La Sra. Merellano agradeció las palabras de su alumna y de la Sra. Martínez leyendo a su vez una investigación sobre lo que significaba la palabra homenaje.

HOMENAJE

Juramento de fidelidad hecho a su señor. El término se remonta a la Edad Media. Se origina en el latín - homaniticum - cuya raíz es homo (hombre) el que juraba fidelidad se convertía en “Hombre de su señor”, en el sentido de vasallo.

Este hombre vasallo rendía vasallaje a su señor feudal o al rey, a veces se hacía también a un igual (entre nobles) para obligarse al cumplimiento de algún pacto.

Uno de los actos del ceremonial de un pacto de vasallaje por el cual el vasallo desarmado, descubierto y de rodillas colocaba sus manos juntas en los de su señor o rey, quien las tomaba entre las suyas, simbolizando en uno la entrega de su perdon y en el señor la aceptación de esa entrega, otorgándole investidura.