GUSTAVO ÁNGEL RICCIO
Autor: Prof. Ricardo Lopa
Nació el 4 de abril de 1900 en
una pequeña casa de la calle Rivadavia 1460. Hijo de inmigrantes italianos. Su vida fue breve ya que
muere de tuberculosis a los 27 años en 1927. Durante su existencia escribió
permanentemente.
Quizá fue el poeta más joven del GRUPO LITERARIO BOEDO, compuesto, entre otros, por Roberto Mariani,
Roberto Arlt, Elías Castelnuovo, César Tiempo, Álvaro Yunque, quienes se
destacaron por la influencia de ideales anarquistas y socialistas. Poeta,
periodista, narrador y traductor, colaboró en la dirección de Los poetas, editada por
Editorial Claridad.
“En la
intersección de dos épocas, cuando la ciudad asistía a su promoción intelectual
de la primera década del siglo, comenzaron a delinearse las corrientes
estéticas distintas, que habían de concurrir a la formación de una poética
argentina de caracteres bien personales” (Prólogo de Cátulo Castillo al libro. CHAPALEANDO BARRO, de
Celedonio Flores)
“Hijos de obrero o de la clase media baja,
buscaban en el arte una herramienta de transformación social y se oponía
radicalmente al esteticismo….
Boedo era el suburbio chato y gris, calle de boliches, de cafetines y teatrejos, refugio
del dominical cansancio obrero, calle que nunca tuvo poeta suntuoso que la
cantara, calle cosmopolita, ruidosa, de fotbaliers, guaranga, amenazante….era
lo gringo, lo importado, lo actual. Florida en cambio el centro de Buenos Aires, la vía de grandes tiendas, la del
lujo exquisito, la cantada por Darío con profusión de oros y palabras bellas, la
calle donde está el Jockey Club y donde una clase social exhibía su cotidiano
ocio…Florida tenía pasado, tradición porteña...” (Yunque, A. La literatura social
en la Argentina p.326…)
Pocos autores están tan identificados con Boedo como
Gustavo Riccio. Para gran parte de quienes abordaron el tema, o para quienes
están simplemente interesados en él, Riccio ocupa un escalón apenas por debajo
de Castelnuovo, Barletta, Yunque, Mariani y Tiempo. En este mismo sentido,
también podemos destacar que una lectura de Un
poeta en la ciudad y Gringo Puraghei nos presenta una poesía típicamente
boedista; esto es; urbano, coloquial, paratáctico, comunicativo, poblada de
situaciones cotidianas y populares. Se asemeja, fundamentalmente a través de
sus “Elogios”, a la poesía de Yunque con sus mismos personajes y escenarios;
los trabajadores, los niños y los inmigrantes estarán rodeados de injusticia,
pobreza y dolor. Es otro de los autores que inserta las miserias urbanas en el
ámbito poético mediante una poesía tradicional y realista, con mucho espacio
para la descripción. Es, también, un recorrido a pie por la ciudad… (BOEDO.
ORÍGENES DE UNA LITERATURA MILITANTE, pág. 266)
“…La
identificación del grupo deriva de la necesidad que esos escritores tuvieron
tras el cierre de “Extrema Izquierda”, en setiembre u octubre de 1924, sus colaboradores se refugiaron
en Boedo 837, sede de la editorial Claridad” de Antonio Zamora, cronista del
movimiento obrero en el diario Crítica de la Capital Federal...” (Capítulo – Historia de la literatura Argentina,
vol. 41, p. 963, Buenos Aires, CEAL, mayo de 1968, p. 963-964.)
“...Contra el arte desinteresado, contra el
arte por el arte, Boedo levanta las banderas de una militancia cultural
revolucionaria que le sirva a los explotados para comprender su verdadera
condición. Contra la torre de marfil, la calle, contra el arte para minorías,
el arte por y para el pueblo. En lugar de utilizar un lenguaje que no usa nadie
para nada, Boedo elige un lenguaje que usan todos para todo. (BOEDO. Orígenes de una literatura militante. Idem Pág.23)
GUSTAVO RICCIO, al
mismo tiempo que se mantenía económicamente trabajando en la relojería de su
padre, llevando la contabilidad de la Confitería del Molino o realizando
traducciones de francés e italiano, no dejaba de escribir. La literatura era
parte inseparable de su vida al igual que la música: adoraba a Beethoven y a
Evaristo Carriego, su indudable referente. Poseía una notable cultura general
gracias a sus variadas lecturas. Su obra emblemática, Un poeta en la ciudad (1926), no fue publicada por Claridad
sino por La Campana de Palo, con la financiación de su mentor y descubridor,
Yunque. En 1919 ya había dado a conocer una novela: Lo ineluctable, y en 1924, la Antología de versos para niños,
conformada por cincuenta obras de diversos autores. Finalmente, en 1928
apareció su libro póstumo, Gringo
puraghei-Cantos de gringo (poemas)
-fruto de un viaje a Paraguay-, que fue editado por un grupo de amigos. También
colaboró en varias revistas de la época…. Riccio falleció el 6 de enero de
1927, víctima de tuberculosis, en su casa de Rivadavia 2014, en el barrio de
Balvanera. Desde 1937 una calle
de Flores lleva su nombre: se trata del pequeño pasaje que va desde Ramón L.
Falcón a Juan Bautista Alberdi, entre Lautaro y Carabobo (Periódico Primera Página. Laura Brosio)
“Después, los críticos dicen que nuestra tuberculosis es
puro cuento” (Nicolás Olivari)
Sus obras:
Lo Ineluctable, novela (1919)
Antología de Versos para Niños (1924) (“No hay poeta verdadero que no ame a los niños y no juegue con ellos; todos los poetas, todos, sin excepción, han dejado alguna página de su obra consagrada a los niños")
Un Poeta en la Ciudad (1926)
Gringo Purajhei, obra póstuma (1928)
Antología de Versos para Niños (1924) (“No hay poeta verdadero que no ame a los niños y no juegue con ellos; todos los poetas, todos, sin excepción, han dejado alguna página de su obra consagrada a los niños")
Un Poeta en la Ciudad (1926)
Gringo Purajhei, obra póstuma (1928)
LUBRANO
ZAS, su único biógrafo, le dedicó un hermoso libro que lo
revalorizó en el mundo de la poesía, impidiendo que caiga en el más
absoluto olvido, mostrando en sus cartas a Teófilo Olmos, a Ernesto Morales, a
Aristóbulo Echegaray y a su mecenas , mentor y maestro Alvaro Yunque, su
ternura, su amor, y su dolor.
Gustavo nos enseñó que ser poeta no era solamente hacer versos lindos como mariposas, sino que era una fórmula donde el amor, la bondad y la belleza pueden transformar la vida en algo más precioso.
La bondad fue para este poeta, algo así como la síntesis de la perfección humana.
Gustavo nos enseñó que ser poeta no era solamente hacer versos lindos como mariposas, sino que era una fórmula donde el amor, la bondad y la belleza pueden transformar la vida en algo más precioso.
La bondad fue para este poeta, algo así como la síntesis de la perfección humana.
"Cultivar el espíritu - escribió -, tratar
de ser cada día mejor y más bueno y si tenemos el don divino llegaremos a
ser un gran poeta. Esa es mi "escuela"..."
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