ARLT, ROBERTO GODOFREDO CHRISTOPHERSEN
(1900-1942)
Autor : Prof. Ricardo Lopa
Nació en la
ciudad de Buenos Aires el 2 de abril de 1900.
Hijo de padre alemán y madre
triestina. Se crió en el barrio de Flores,
en el seno de una familia humilde. La mala relación con el padre lo marco en su
vida.
Luego de un
frustrado ingreso en la Escuela Mecánica
de la Armada, se desempeñó como periodista.
Siendo muy joven abandona el hogar
familiar y se va a Córdoba, donde
tiene una aventura sentimental. Vive allí un par de años y trabaja duramente
para ganarse la vida. Tiene 20 años cuando conoce a Carmen Antinucci, con quien habrá de casarse poco después. Con su
mujer, atacada por una incipiente tuberculosis, se instala en las sierras de Córdoba, e invierte en vagos negocios
los 25.000 pesos traídos por Carmen
como dote al matrimonio. Mientras tanto, ha nacido Mirta, hija de la pareja.
Entre 1920 y 1926 se dan sus primera
publicaciones importantes: “Las ciencias
ocultas en la ciudad de Buenos Aires”
(en “Tribuna
Libre”), algún cuento en la “Revista Popular”, algunos textos en
la Revista “Don Goyo”, y en 1925, dos anticipos en Proa de lo que luego será
su primera novela.
En 1926 apareció su prima novela, “El juguete rabioso” donde desnudó a una
sociedad que vivía en la más beata y aparente de las formalidades, frente a una
literatura que no la cuestionaba en profundidad.
Arlt revolucionó el “buen escribir” de aquel
entonces, con sus numerosas “frases aisladas”, con el desorden de los
componentes de sus oraciones; omitió y equivocó artículos en forma consciente
con el objetivo de “ser directo”.
A comienzos
de 1927, empieza a trabajar en el
diario “Crítica” como
reportero policial. El contacto directo con los actos delictivos y con sus
famosos “perdularios” no será escaso, y ello le permitirá adentrarse en un
mundo que lo atrae bajo múltiples aspectos.
Se suma a la
campaña mundial contra la ejecución en EEUU de los anarquistas Sacco y Vanzetti.
Para esta
época, participa en el diario “El
Mundo”, donde publicó sus
“Aguafuertes porteñas”. Esta etapa en el diario fue muy productiva. Publicó
unas mil quinientas “estampas” o “aguafuertes de Buenos Aires”. Con un humor
ácido, agudo y a veces hiriente, examinó los caracteres urbanos; los desnudó y
realizó una verdadera radiografía de la ciudad. Trazó un cuadro de las
costumbres, de los distintos oficios, de los defectos y la psicología de los
porteños, en un testimonio imprescindible para quien quiera estudiar la Buenos
Aires de los años ‘30. Las “aguafuertes” pueden ser tomadas como una verdadera
crítica cívica.
En 1929 apareció su segunda obra: “Los siete locos”. Obra en la que se
dedica a traducir los sacudones de la clase media y la “contradicción en que
ella se debatía; haber aspirado a ser creadora y no ser más que un conjunto de
hombres dependientes y rutinarios” El libro tiene como fondo la crisis
económica que sacude al mundo y su implicancia en nuestro país. Muchos críticos
sostienen que Arlt muestra su
“estado de conciencia”, exponiendo su auto-cuestionamiento.
Del mismo
tono, a fines de 1931 publica “Los
lanzallamas”, siendo su texto más poderoso y complejo y de mayor riqueza
interpretativa.
Su última
novela, “El amor brujo”, publicado
en 1932, fue una novela de
costumbres, sobre la inmoralidad y la hipocresía de las relaciones humanas
En 1932 presentó su primera obra teatral: “Trescientos Millones”. La mística del
teatro independiente, llevado adelante por “gente común”, actores no
profesionales y simpatizantes del pensamiento de izquierda, atrapó al escritor.
A su primera
pieza teatral se sumaron: “Prueba de
amor”, de 1932. “Saverio el cruel” y
“El Fabricantes de Fantasmas” de 1936.
“Africa” y “La Isla Desierta” de 1938
Su obra como
cuentista, fue recopilada en una
colección, “El jorobadito” que contenía nueve cuentos, entre ellos “El
escrito fracasado”, donde imprime una crítica aguda al mundo literario.
Dirá: “Se dice de mí que escribo mal. Es posible. De cualquier manera, no
tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes
únicamente leen los miembros de sus familias...”
Después de
un viaje a Chile en 1941, y luego de un segundo casamiento, su salud se vio
deteriorada. El 26 de julio de 1942, de regreso en Buenos Aires, falleció de un
ataque al corazón.
ARLT y el Grupo BOEDO
Roberto Arlt empieza a actuar
literariamente ya encendida la disputa entre Florida y Boedo. La
ubicación diríamos geográfica expresa dos posturas estéticas. El centro y el
suburbio se oponen en esos dos lemas. El primero indica la calle aristocrática
(la sede de la revista Martín Fierro se halla en la calle
Florida esquina Tucumán). El segundo interpreta al barrio populachero, guarango
por excelencia, donde el gringo se codea con el gaucho (en la calle Boedo está la redacción de la revista Los pensadores)
¿Qué tiene que ver Arlt con Martín Fierro? El primer número del
periódico aparece en febrero de 1924. A invitación de Ricardo Güiraldes colabora en Proa, pero no lo hace en Martín Fierro con el que no tiene nada que ver. A lo más hace amistad con
algunos de sus colaboradores por el pintoresco cargo de secretario de Ricardo
Güiraldes, que desempeña brevemente. Esta relación personal ha inducido
a algún “martinfierrista” a incorporarlo a Arlt
al grupo, como si un escrito se definiera por sus amistades literarias y no por
el carácter intrínseco de su obra.
Arlt, muy amigo de Roberto Mariani, de Leónidas
Barletta, de Nicolás Olivari, entra a colaborar en Claridad, la revista que
sucede a Los pensadores. Es decir, que sin participar para nada en la
polémica, mantiene vinculación personal con ambos grupos.
Pero por su literatura, que trae el
aliento de la calle, del suburbio ciudadano, de los hombres de abajo, de la
vida interior del hombre humillado, de la vida total, Arlt se aproxima al grupo de Boedo,
aunque su acento sea muy particular, personalísimo. Es mucho más complejo.
Excede al grupo. Sin embargo Arlt mismo
se considera integrante de Boedo. Y
así lo dice:
“De las nuevas tendencias que están
agrupadas bajo el nombre de “Florida”, me interesan Villar, Bernárdez, Mallea, Mastronardi,
Olivari y Pinetta. En el grupo llamado de Boedo, encontramos a Castelnuovo,
Mariani, Eandi, yo y Barletta. La característica de este grupo sería su
interés por el sufrimiento humano, su desprecio por el arte de quien calle, la
honradez con que ha realizado lo que estaba al alcance de su mano y la
inquietud que en algunas páginas de estos autores se encuentra y que los
salvará del olvido “(Revista Literatura Argentina
1938)
Bibliografía:
Cristina Piantadina. “Los malditos”
-Raul Larra.-“Roberto Arlt, el torturado”
Ed. Ameghino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario