GUILLERMO FACIO HEBEQUER (1889-1935)
Autor: Prof. Ricardo LOPA
Nace en
Montevideo, pero desarrolló su tarea de artista plástico – pintor y grabador-
en Argentina.
“Fue allá por el
año 1912 o 1913 – según su propio relato – en una conferencia obrera en
Barracas, conocí a dos muchachos pintores: Del Villar y Torre. Los vi pintar
…Quedé deslumbrado…Junto con ellos y con Torre Revello…, instalamos un taller
sobre la Ribera de la Boca y comenzamos a estudiar. Pronto fue de la partida
Adolfo Montero… y el grupo se engrosó con la llegada de Acchiardi, Shaw y
otros. A pocas cuadras vivían Stagnaro, Quinquela y Filiberto, con quienes
intimamos rápidamente. No lejos de nuestro taller se instaló otra colmena:
Palazzo, Arato y Riganelli, estudiaban en ella. Subiendo hacia Barracas, estaba
Bellocq. Una profunda afinidad psicológica nos unió. Éramos, lo que entonces se
llamaba ‘pueblo’. En 1918, tomamos parte activa en el ‘movimiento
revolucionario’ que creó la Sociedad Nacional de Artistas. Hasta esa fecha
habíamos vivido en el puerto, íntima vinculación con los obreros que lo
poblaban. Habitábamos en los mismos casuchones sucios e inhospitalarios. Frente
a ese mundo doloroso, del trabajo y la miseria social, se hizo luz en nosotros
el artista. Algo había superior a la plástica y al arte y ese algo era la
criatura humana”
Hacia 1919,
nuclea a esos jóvenes interesados por la escultura (Riganelli), la pintura
(Vigo, Quinquela Martín y Arato), el grabado (Bellocq), y la música (Juan de
Dios Filiberto y Enrique Santos Discépolo) en su taller de Parque de los
Patricios, pudiendo entenderse a ese grupo como uno de los antecedentes de
“BOEDO”, por su definición en favor del arte social. Se consideran “Artistas
del pueblo”. Realizan su arte al margen de las capillas predominantes y de las
galerías artísticas, aportando sus dibujos a periódicos y revistas de
izquierda. Hebequer y sus compañeros crearon el Salón de los Independientes,
el mismo año en que fundaron la Sociedad Nacional de los Artistas (1918).
Estaban decididos en romper con la barrera existente entre arte y pueblo, y
este intento es el más importante legado del movimiento. Ese año, arman una
exposición bajo el nombre “Primer Salón de Artistas Independientes”, sin jurado
y sin premios.
“No volví a
hacer exposición de mis obras – recuerda en su “Autobiografía”-, hasta diez
años después, en Amigos del Arte (1929)”. Muy esporádicamente realiza exposiciones,
como en 1931, cuando expone en el “Salón de Grabadores Argentinos”, en el Museo
de Bellas Artes y en 1932, en el Concejo Deliberante. “Incómodo dentro de la
pintura, volví al grabado…Grabo sin descansar y en 1933, cuando salgo a la
calle, es la calle verdadera. Cuelgo mis grabados en clubes, bibliotecas,
locales obreros”
Entre sus
cuadros más importantes puede citarse la serie “Esta es tu historia,
compañero”, donde expresa diversas facetas de la vida de un trabajador. Los
títulos de otras obras evidencian su compromiso con los explotados: “La
huelga”, “En la fundición”, “Escenas de trabajo”, “El conventillo”, “La mala
vida”, “Apuntes de la calle”, “Bandera roja”, “Carne cansada”, “Los
carboneros”.
Participa en la
fundación del Teatro del Pueblo, colaborando con Leónidas Barletta. Escribe
críticas de arte y comentarios en diversas revistas de izquierda como “Los
pensadores” y “Claridad”.
Entre las revistas y diarios que ilustró Facio Hebequer se
cuentan Contra, La Montaña, La Protesta, La Nación y La Prensa. Para no
depender económicamente de su producción artística, Facio trabajaba en la casa
de remates Bullrich
1935. Fallece en
Buenos Aires, a los 46 años de edad.
Bibliografía
Galasso, N. Los malditos. Volumen 1
De Santillán,
D.A. Gran Enciclopedia Argentina.
Monzón, H.
Revista La Opinión
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