lunes, 16 de septiembre de 2019

EL BARRIO BOEDO 5° PARTE



LA MÚSICA

La música de Boedo comenzó a hacerse conocer a través de las glorietas, de los cafetines que, a principios de siglo, o sea en la década del ’10, llenaban los sesenta y ocho cafés,  confiterías o lo que fueran, que adornaban la calle Boedo. 

En las glorietas, fundamentalmente, había gente que iba a cantar, ahí, por ejemplo, empezó uno de los personajes de Boedo: Enrique Maciel, el conocido autor de “La Pulpera de Santa Lucía”, que en su unión con Héctor Pedro Blomberg hicieron conocer obras como “La Mazorquera de Monserrat” y “La que murió en París”,


que fuera gran éxito de Alberto Castillo.


Otros músicos famosos de Boedo fueron Antonio y Jerónimo Sureda, 


uno de los grandes binomios de la zona que luego formaron un trío con Homero Manzi, hijo dilecto del barrio, creando “A su memoria”, “Ensueño” y “Valsecito de antes”. Posteriormente los hermanos formaron un cuarteto con Cátulo Castillo y Francisco Giacobbe, con tal éxito que llegaron a trabajar en siete radios al mismo tiempo.


Hablando de Cátulo Castillo, el hijo de José González Castillo, 



recordemos que en 1926 se presentó en un famoso concurso que se hacía en el teatro Grand Splendid.




 El primer premio lo obtuvo Francisco Canaro con “Sentimiento Gaucho”.



 Al año siguiente Cátulo insiste y se presenta con “El circo se va”, 

obteniendo el segundo premio. Esa noche, más de mil boedenses  lo acompañaron al teatro a hacerle el aguante y festejar ese segundo premio.


Un hecho simpático. En Boedo había un editor, Lotito, que solía vender las músicas y letras que compraba por 5 pesos a los autores y que luego revendía a $ 50 a quienes deseaban ver su nombre en alguna partitura, así que no sería raro que muchos tangos que forman parte de la historia de Buenos Aires hayan sido escritos por Homero y Cátulo, que, siempre cortos de dinero, vendían sus obras al pícaro editor.



En esta rápida recorrida a los músicos no debemos olvidar a Sebastián Piana, recordando aquella anécdota de 1922, cuando se acercó al padre de su amigo Cátulo para pedirle que le hiciera la letra para un tango que quería presentar en un  concurso que hacía una famosa fábrica de cigarrillos. González Castillo escribió la letra de “Sobre el pucho” y con ello ganaron los $ 500 del segundo premio. Piana se apresuró a llevar el dinero al letrista, pero este se negó y el joven de 18 años se encontró dueño de un dineral.


Otro personaje del barrio fue Dante Linyera, con sus conocidas composiciones  “Boedo” con música de  Julio De Caro y “Florida de Arrabal” con música de Ricardo Brignolo. 



Y finalmente, Homero, poeta, político a quien perdimos a los 44 años. Su primer tango fue “Viejo ciego” con música de Piana y Cátulo, que fueron seguidos por más de 150 títulos, a cual más famoso.



  Cofundador de “Artistas Argentinos Asociados” escribió numerosos guiones de cine, como “La Guerra Gaucha”, “Su mejor alumno”, “Pampa bárbara”, “Donde mueren las palabras” y “Pobre mi madre querida”.






Aníbal Lomba 

CONTINUARÁ



No hay comentarios:

Publicar un comentario