José González Castillo.
AUTOR: Prof. Ricardo Lopa
Nació el 25 de enero de 1885 en Santa
Fe, se crió en Salta, pero por convicción decidió ser hombre de Boedo.
“... Huérfano de padre y madre,… fue criado desde los 9 años en la Orán
salteña, por un sacerdote que se proponía destinarlo a la carrera eclesiástica.
Pero el muchacho no tardó en zafarse de la tutela de su protector y después de
ejercer infinidad de oficios manuales, algunos bien dolorosos, bien ásperos,
recaló en el periodismo, ese árbol que se nutre de todo. González Castillo fue reportero de un diario rosarino donde conoció
y trató a Lisandro de la Torre e
inició una amistad hecha de afecto y devoción con Florencio Sánchez, que le llevaba diez años. Sánchez lo presentó
más tarde en la tertulia de “Los Inmortales”, conde conoció a Alberto Ghiraldo, el autor de “Alma
Gaucha”, quien lo vinculó a “La Protesta” (diario de ideología anarquista). Vale
decir que, desde muy joven, se hizo un nombre en el teatro y en los archivos
policiales. Como consecuencia de esa dicotomía tuvo que buscar refugio en
Chile, donde escribió “La serenata”, presentada luego en Buenos Aires…” (1)
El poeta Cátulo Castillo, su hijo
más famoso, así cuenta el devenir de su padre:
“Cuando tenía veinte años, mi
padre robó a mi madre y se casó con ella. La sacó de los alrededores de La
Plata, donde mi abuelo trabajaba en un stud como cuidador. Era a principios de
1905. Se fueron a vivir a Buenos Aires en una casita de la calle Castro al 900.
(947)…” (2)
“…yo nací… un 6 de agosto de 1906, a
las cinco de la tarde. Caía una lluvia tremenda y hacía un frío de la Madonna.
Mi padre trabajaba, entonces, en los Tribunales. Edmundo Montagne, un amigo, que también era poeta, le avisó:
- ¡Pepe: ha nacido tu hijo Cátulo
Montagne ya tenía previsto el nombre. Mi padre corrió a
casa. Me arrancó del lado de mi madre, me quitó los pañales, salió al patio, me
puso bajo el agua que caía con fuerza y exclamó:
-hijo mío: que las aguas del cielo te
bendigan!
A causa de tanto lirismo y ritual
anarquista yo, recién nacido, me pesqué una pulmonía que me tuvo tres o cuatro
meses entre la vida y la muerte. Sin los cuidados de mi madre, ahora no estaría
contando esto. (3)
Su militancia social lo llevó hasta el nombre de su hijo, el
futuro poeta:
“….Su padre, José González
Castillo, tuvo una agarrada épica con el jefe del Registro Civil, que se
negó a inscribir al neonato con el nombre de Descanso Dominical.
La sensatez de este funcionario impidió que cargara con ese nombre,
precisamente él, que trabajó todos los días de su vida, aun en aquellos que se
dedicó a soñar. El padre lo pensó mejor y lo hizo llamar Ovidio Catulo. Ovidio por
el poeta latino que irritaba a Augusto con sus epigramas y que conoció él la
melancolía del exilio, y Catulo por
el poeta de la Pelea, que tuvo el coraje de atacar vivamente a César y fue
amigo de Cicerón, el autor de las famosas Catilinarias, tan nombradas como poco
aprovechadas…” (4)
Su anarquismo no se llevaba bien con
la clase gobernante, lo que lo llevó a emigrar por un tiempo a Chile,
retornando junto con la democracia en 1916.
“…Volvimos a la Argentina y nos instalamos en San Juan y Quintino
Bocayuba, en una casa de departamentos, frente a una feria franca. La necesidad
de vivir lo condujo (a JGC) al diario “Crítica”
y luego a la Casa Max Glucksman, donde trabajó como traductor de películas y
redactor de las leyendas en castellano” (5)
Su ideología de militante social lo acompañaba
en todas sus labores de poeta, tal el caso:
“…el llamado “teatro de ideas” o
“para pensar”, había hallado autores como Florencio
Sánchez, pero había empalidecido
ante el avance de obras “pasatistas”, si no intrascendentes. Ese tipo de teatro
que luego llamaríamos “de protesta” encontró un buen lugar para implantarse: el barrio de Boedo, un suburbio deseoso de mejorar, con
obreros y muchos socialistas y anarquistas románticos. Pronto se formaron
grupos escénicos con actores que tenían entre ellos puntos de coincidencia:
eran frecuentadores de la noche, parroquianos fieles de los numerosos cafés del
lugar, literatos en potencia…Y entre ellos descollaba José González Castillo….”
(6)
“…He aquí algunos títulos de las
obras escénicas de González Castillo: “Los rebeldes” (1905); “Del fango” (1907);
“El retrato del pibe”, que fuera interpretada por Florencio Parravicini (1908); “Entre bueyes no hay cornadas” sainete en versos (1909)….”Los invertidos”,
drama que por temática (la homosexualidad) provocara múltiples discusiones y
que llegó a ser prohibido por la municipalidad “para evitar escándalos” (1914)…”La
mala reputación”, que debatía el problema del divorcio matrimonial y que
también creó divergentes opiniones (1918); “Los dientes del perro” (1919); “El
pobre hombre”, drama presentado por la compañía de Rivera y Enrique de Rosas en
el Teatro Avenida. (Se encara un tema entonces novísimo: el psiquismo y sus
alteraciones; resultó un éxito y justificó la edición del texto teatral,
agotando en poco tiempo 10.000 ejemplares
(1920)… (7)
González Castillo produjo numerosos y notables libretos o guiones cinematográficos, con su
firma o en colaboración con otros escritores.
En 1908 escribió para el cineasta
precursor don Mario Gallo, el tema para la película “Juan Moreira”, aprovechando sus relaciones con Max Glucksman. Hubo
luego mucho otros trabajos del tal índole: “Nobleza
gaucha”, “La ley que olvidaron”, “¿Hasta cuándo?”, “Juan sin Ropa”. También escribió obras para niños (cuentos y
dramatizaciones) y notables letras de tango: Sobre el pucho, Griseta, Silbando, El aguacero, Organito de la tarde,
Envidia, entre otros.
1928. En Boedo José González Castillo fundó la Universidad Popular.
“El 12 de febrero de 1928 en la sala del cine Los Andes (Boedo 777), quedaba
constituida una entidad que, por varias décadas, alumbró el destino de miles
boedenses. El acta, que lleva la firma de 74 personas, muestra la designación
del primer Consejo Directivo, que tuvo como presidente a Don José González Castillo, con quién colaboraron el Dr. Julio Cruciani y Juan M. Lilla como vicepresidentes y el Sr. César Garrigós como Secretario.
El acto inaugural se cumplió el sábado 4 de agosto de 1928 en el cine Los
Andes. La Universidad Popular de Boedo fue la segunda de tal tipo en constituirse en Buenos Aires, siguiendo el
ejemplo de la Universidad Popular de la Boca, creada en 1917.
La Universidad llegó a contar con una matrícula anual que superaba los
1500 alumnos, dándose las clases en
horarios vespertinos en las aulas de la “Escuela nº 22, Boedo 657” (Martina
Silva de Gurruchaga)
(8)
1932. Enamorado del arte y la cultura funda en Boedo, con otros hombres del
mismo género, la Peña Pacha Camac
“El acta fundacional de la Peña lleva fecha 30 de julio de 1932:
“En Buenos Aires, a 30 días de julio de 1932, los que suscriben artistas y
amigos de las artes, reunidos en el local de la calle Boedo 868, resuelven
constituir en este acto una asociación de artistas y amigos, cuya finalidades
primordiales serán:
1º Fundar un sitio de reunión y de camaradería en el barrio, para los
pintores, escultores, músicos, escritores y aficionados en general a las
especulaciones intelectuales y artísticas;
2º Propender a la difusión y al culto de las bellas artes en todo lo que
se llama el barrio de Boedo, estimulando la obra, la cultura y el progreso
general de la juventud;
Realizar exposiciones y certámenes artísticos, conferencias y
espectáculos públicos de finalidad cultural; propiciar todo movimiento que
tienda al progreso de las artes en el barrio y a la independencia moral y
económica del artista…
Firman: José González Castillo, C. Floriani, Agustín Riganelli, Vicente
Roselli, entre otros...
….al grupo y para acompañar a González Castillo, enseguida se uniría el
escultor ruso Stephan Erzia, inseparable amigo…, personaje único que integraría
también, más tarde, la Peña del Café Tortoni…
En cumplimiento de esta primera disposición, en el mes siguiente se
realiza la asamblea,… y son estatuidos los principales siguientes puntos:
Art. 1º) La Peña se llamará Peña de
Artistas Pacha Camac….etc”
“Pacha
Camac”, el “Supremo Creador”, el
animador del mundo en las creencias de la civilización incaica, representaba
para el grupo el espíritu americanista y nativo en el arte.
La Puerta del Sol de Tiahuanaco, el templo destruido por las
fuerzas del conquistador Pizarro, fue elegido como representación y su figura
sirve de escudo (membrete o logotipo) a la Peña…
Al cobijo de Pacha Camac nació
una agrupación de plásticos indoamericanistas, integrada por el pintor peruano
González Trujillo, el escultor argentino Antonio Sassone, la escultora
boliviana Núñez del Prado, los pintores argentinos Travi y Abal y el músico y
pintor del altiplano Velazco Maidana (Diario “La República”, marzo de 1937) (9)
“En su primera reunión, del 28 de
setiembre de 1932, bajo la presidencia de José González Castillo…y ya el recinto para las reuniones eran los altos del bar Biarritz, (Sr. Baurges) ubicado en Boedo 868
En ese ámbito se organiza la primera labor de la Peña,
una “muestra artística” del barrio de Boedo… en adhesión a los festejos de
la primavera de 1932…
“….cuando murió mamá, (comenta Cátulo) la
compañera de todas las horas, del infortunio, de la pobreza y de la
prosperidad, la madre de sus hijos –en una palabra-, se tornó triste y quedó
ensombrecido.
La calle Boedo, para la que guardaba el cariño y la tolerancia de un
padre para con su vástago pequeño, fue el refugio espiritual de sus últimos
años.
-¡hay que ayudar al barrio! – decía. Y deambulando por sus veredas,
perdido entre la gente obrera, acariciaba a los traviesos chiquillos que lo
saludaban al paso. No había bodegón que no conociera, ni café, en cuyas mesas
no se hubiera sentado alguna vez.
Fue en gran amigo de los humildes, a quienes trataba de igual a igual, y
su mayor satisfacción era estrechar la callosa mano de un artesano, a quien
sentaba a su lado, y hacía partícipe de sus ideales y confidente de sus
problemas sociales o filosóficos.
Y así encerrado en un mundo proletario entre su casa y la “Peña Pacha-Camac”, le llegó ese estado
de serenidad que la vida otorga ante la vecina presencia de la muerte.
Y se fue una mañana, (22 de octubre
del ‘37) tomando mate, en la casa (Boedo
1058/1060) que había construido a fuerza
de sacrificios y de esperanzas. En la vieja casa de la calle Boedo, campo de
nuestras travesuras infantiles. Allí mismo, donde aprendimos a valorarlo, con
las distintas mentalidades del niño, del joven y del adulto, por los cuales
atravesamos, a su lado, y frente a su ejemplo….”
(10)
Este hombre que nació muy lejos del
barrio al que la brindó toda su ideología y cultura de la que no renunció
jamás, decidió que sus días terminaran también en Boedo, ahí nomás de San Juan.
BIBLIOGRAFÍA
(1)(Apéndice II. Testimonios. Pág.
117 J. González y Cátulo Castillo. Cancionero. Torres Agüero. Editor. 1977.
“César Tiempo”. Clarín. 13 de nov. /75)
(2)(“La Maga Colección”, dic. /1995,..Ídem.
Por Cátulo Castillo, pág.12)
(3)(“La Maga Colección”, dic. /1995,
Seis Poetas del Tango, “Todo fue tan simple, claro como el cielo. Por Cátulo
Castillo”. pág.12)
(4)(César Tiempo. Periódico ABC.
Almagro-Boedo-Caballito. Pág.5)
(5)(Cátulo Castillo, Revista Breogán
del Centro Gallego de Avellaneda 1943)
(6) (“José González Castillo y el Mundo Literario de Boedo” Diego del
Pino. Rev. Todo es Historia nº 311, junio 1993, pág. 86)
(7)(“J. G. Castillo y el Mundo
Literario de Boedo”. Ob. Cit. pág. 87)
(8)(“Boedo un barrio con historias”,
colección cuadernos educativos, pág.64, Comisión para la preservación del
patrimonio histórico cultural de la ciudad de Buenos Aires, lic. Leticia
Maronese)
(9)(Aníbal Lomba. Junta de Estudios
Históricos del Barrio de Boedo. “Peña Pacha Camac” 1932- 1957. Ed. Banco
Ciudad. 2010. pág. 20)
(10) (“Papá entre Nosotros”. José
González Castillo, a través de su hijo Cátulo. Revista del Centro Gallego de
Bs.As. Avellaneda, Enero de 1944. Año XL – nº 332)
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